martes, 11 de agosto de 2009

Como una nube se une y transforma la magia vivida aquellos inocentes años de nuestras vidas,volábamos por todo el mundo subidos en un auto viejo y polvoriento,competíamos por quien tragaba mas gotas de agua las tardes de lluvia,los días grises se sentían bien dentro de la casa del árbol,no había mejor postre que los duraznos con dulce de leche y bastaba la imaginacion como cura para el aburrimiento en aquel cuarto azul,con olor a chicle.
Hasta el día de hoy cierro los ojos y veo a mi fiel compañero de la infancia,fue uno mas de los tantos que ya no están pero el único especial,el único al que siempre voy a extrañar.

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